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El actor Antonio de la Torre ha sorprendido con dos papeles bien distintos: interpretando a un José Mujica rehén de la dictadura y a un ficticio alto dirigente político español corrupto en una trama actual.

 

Para encarnar a José Mujica rehén de la dictadura bajó 17 kilos. Y viajó varias veces a Montevideo con el cometido de hablar con el propio Mujica y aprender algo del carácter de aquel hombre de apariencia campechana que seduce a los europeos. Su valía como actor ha sido puesta a prueba en decenas de películas y producciones televisivas. Tiene un premio Goya y varias nominaciones, también el premio de la Unión de Actores y una decena de premios más.

 

Del escuálido guerrillero cautivo pasó al político español corrupto, es camaleónico y talentoso. Si en esta ocasión tuvo que perder kilos, hace nueve años tuvo que ganarlos para convertirse en un gordo. Parece que nada le asusta tratándose de actuación.

Antonio de la Torre (Málaga, 1968) es uno de los actores españoles del momento. Sin embargo dista mucho de lo que podría esperarse de una estrella. Tiene un auto de 17 años de antigüedad, una casita en el barrio madrileño de Batán. A menudo es frontal y muy franco, así aparece en una de sus últimas entrevistas concedidas a diario El Mundo con motivo de su último estreno.

Además del protagónico compartido con Alfonso Tort y Chino Darín en La noche de 12 años, del uruguayo Álvaro Brechner, De la Torre tiene el rol principal en otro estreno del cine español, El reino. Allí tiene el papel de un alto dirigente político corrupto, en una trama que se parece demasiado a la actualidad política del país.

 
 

«He hecho cosas de las que me arrepiento moralmente. Yo ni de coña podría ser candidato del PP ni de Podemos ni del PSOE ni de nada. ¿Corrupto yo? Me empiezan a sacar las veces que he mangado en El Corte Inglés o el dinero en negro que cobré o las cosas de las que ni me acuerdo y…», dice cuando le preguntan si se ve a sí mismo como corrupto.

Pero aunque responda con buscada ligereza, su vida no ha sido sencilla. Aún era un niño cuando quedó huérfano. Primero falleció su padre, años después cuando ya estaba en secundaria su madre. Quería estudiar periodismo y obtuvo una beca. Se licenció y poco después consiguió trabajo en televisión. Presentaba los noticieros deportivos en Canal Sur Televisión, también lo hizo en la emisora radial del mismo medio.

Pero pronto empezó a sentir que aquello no era lo suyo y se sentía cada vez más inclinado hacia la actuación.

Así que mientras trabajaba comenzó a tomar cursos de interpretación en la Escuela de Cristina Rota, en Madrid. Pronto dejó de viajar periódicamente a la capital y abandonó definitivamente su Málaga natal para establecerse en Madrid.

«Ella (Cristina Rota) me enseñó que vivir y actuar son verbos que se conjugan de la misma manera», contó De la Torre al hablar de sus comienzos. «Pensaba que tenía capacidad para la comedia. Era donde yo sentía que me podían querer o hacerme un hueco y, de hecho, el primer papel en el que me tuve que contener fue en Grupo 7«, recordó.

Y así llegó su primera oportunidad en una modesta serie televisiva en la que participó entre 1993 y 1994, Lleno, por favorEn 1994 hizo sus primeras armas en cine con Los peores años de nuestra vida, un film de Emilio Martínez-Lázaro.

Sus papeles, pequeños al principio, lo hicieron visible para grandes directores de cine, de la talla de Pedro Almodóvar, que lo sumó a los elencos de los films Volver y Los amantes pasajeros.

Años después se afirmaría en protagónicos de películas de primera línea como el recordado título de Alberto Rodríguez, La isla mínima, un policial de gran calidad en el que el actor malagueño fue distinguido como mejor actor secundario.

O la producción más reciente de Manuel Martín Cuenca, El autor, un thriller psicológico basado en una novela de Javier Cercas donde De la Torre interpreta a un exigente profesor de literatura.

De la Torre toma las exigencias de sus papeles muy en serio. Si para La noche de 12 años tuvo que adelgazar de manera alarmante, para interpretar su papel en Gordos, una película que narraba la vicisitud de unas vidas llenas de errores, tuvo que aumentar 33 kilos para dar con su personaje.

Pero si la proeza física necesaria para «entrar» en un personaje de ficción parece mucho, la cantidad de talento necesario para plantearle dilemas morales al espectador ha de ser igual o mayor.

En El reino, De la Torre se mete en la piel de un funcionario de cierto rango corrupto en medio de una intrincada trama de corrupción generalizada. Sin embargo, lejos de producir rechazo, el personaje produce la inmediata empatía del público.

«Eso era esencial. Desde el punto de vista del relato, si no consigues que el espectador empatice con el protagonista es complicado. Como actor nunca puedes juzgar a tu personaje. Lo tienes que defender siempre. En el momento en el que Rodrigo Sorogoyen me planteó la historia, me pareció muy interesante contar la película desde el punto de vista del corrupto. Le dije: «Vamos a intentar no hacernos los malotes, porque si no nos quedaríamos sin peli, nos quedaría una peli maniquea», explicó De la Torre en una entrevista concedida a ICON.

Lo cierto es que encarnando a un personaje bien distinto como el del expresidente José Mujica en La noche de 12 años, De la Torre consigue ser más que convincente y dotar de gran veracidad a su actuación.

Escenas rodadas en prestigioso diario

Tal vez una prueba más de la flagrante actualidad de la película El reino sea que una de sus escenas se rodó en la redacción del diario español El Mundo. La sala fue ligeramente «maquillada» mientras los periodistas reales que circulan por allí trabajaban realmente en el diario del día siguiente. Dado que la idea era darle verosimilitud a la escena, pero no necesariamente realismo documental, los logos del periódico fueron quitados durante la filmación. Pero quienes conozcan el sitio podrán identificarlo fácilmente. Del mismo modo opera la ficción cuando se refiere al partido político al que pertenece el protagonista, es inevitable que todos piensen en el Partido Popular, inmerso en el mayor escándalo de corrupción de la historia política moderna de España. Sin embargo el grupo político no lleva ese nombre. «A mí me gustaría que se entendiera que el partido del que se habla puede ser un partido cualquiera», dijo De la Torre.

Estar al borde de la locura

«Más que la historia de un encierro es el relato de tres hombres que estuvieron al borde de la locura. Incluso trabajamos algún tiempo con el título Los sonidos del silencio porque fueron personas sometidas a un absoluto aislamiento», contó Antonio de la Torre al referirse al argumento de La noche de 12 años. El actor se entrevistó varias veces con el propio José Mujica.ç

 
 Fuente: El País 7/8/2018

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