La opinión de Antonio de la Torre sobre la corrupción política en ‘El Hormiguero 3.0′
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Antonio de la Torre: «No podría ser político, me sacarían las veces que mangué en El Corte Inglés»

Viene de presentar en San Sebastián ‘El reino’, un ‘thriller’ sobre la corrupción política. Preparó su personaje hablando con ‘El Bigotes’, Correa, Cifuentes… «Un país es corrupto cuando no piensa a nivel global y lo hace a nivel individual», denuncia el actor.

Lo menos que se puede fantasear con una estrella del cine al uso es que tenga un cochazo nuevo, un ático en el centro de la capital, champán del caro en la nevera, un airecito de «mírame y no me toques» y hasta un séquito para no pegar ni palo.Entonces conoces bien a Antonio de la Torre Martín (Málaga, 1968) y se te cae el tópico. Tiene un coche con 17 años y 300.000 kilómetros, una casa de 70 metros cuadrados ubicada en un edificio del desarrollismo en Batán, un bareto cercano donde si te descuidas te roban (en efecto, dos micrófonos, una cámara y un trípode) y una cotidianidad muy poco cinematográfica.

-¿Tú sabes si estos pantalones negros se pueden meter a la lavadora, tío? -pregunta. -Anda, trae, déjame leer la etiqueta… Pone «lavado en seco». Estás jodido. -¿Tú sabes por qué no va ésta alargadera del wifi? -¿La has comprado en los chinos? -Sí. -Por eso no va.

Hemos quedado en una terraza de su barrio y llega directamente desde el Festival de Cine de San Sebastián, donde ha concursado con El reino, un thriller sobre corrupción política dirigido por Rodrigo Sorogoyen y protagonizado por él mismo. Hay gente que vale para todo. Y Antonio lo mismo sirve para pasearse por la alfombra roja del hotel donostiarra de María Cristina que para pedirle al camarero una de ese jamón colorado que cuelga. Es la misma terraza en la que un día quedó con Álvaro Pérez, alias el Bigotes, que durante dos horas le contó su película.

 

P: ¿Has sido corrupto?
R: He hecho cosas de las que me arrepiento moralmente. Yo ni de coña podría ser candidato del PP ni de Podemos ni del PSOE ni de nada. ¿Corrupto yo? Me empiezan a sacar las veces que he mangado en El Corte Inglés o el dinero en negro que cobré o las cosas de las que ni me acuerdo y…
P: ¿Qué podríamos decir de tu máster?
R: Mi máster fue que mi viejo murió justo antes de terminar COU. De cáncer de estómago con 56 años. Y luego mi madre seis años después de otro cáncer. Yo era el pequeño. Quería estudiar Periodismo. Al faltarme el viejo, a mí me dieron la beca máxima por ser mi madre viuda. Era 1986 y fueron 20.000 pesetas al mes. A mí me buscaron un curro en negro por el que cobraba 30.000 pesetas. Con eso podía compartir un piso con unos colegas en Fernando El Católico. A 10.000 la cama. Curraba por la mañana y estudiaba por la tarde. Ese fue mi máster. Falta añadir que en 5º de carrera me copié. Con lo que me título universitario no vale nada, a tomar por culo.
P: ¿La mayoría es corruptible?
R: ¿Qué es corrupción? Yo recuerdo que cuando mi madre se puso mala tiraba de cualquier conocido para que estuviera mejor… Hay un momento en que en el juego entran una serie de mecanismos con los que no te pones en la cola.
P: ¿Eso es corrupción?
R: Para hacer la película me vi con un político que estaba en libertad provisional. Le pregunté: «¿Tú crees que alguna vez terminará la corrupción?». ¿Quieres saber qué me dijo?
P: Sí.
R: ¿Quieres saberlo?
P: Sí, sí.
R: Pues haberle entrevistado tú… [Risas]

Para hacer Gordos, cogió 33 kilos. Para meterse en la piel de José Mujica en La noche de 12 años (estreno el 23 de noviembre), adelgazó 17, viajó varias veces a Uruguay y se reunió con el ex presidente. Para hacer El reino, habló con Rubalcaba, con el Bigotes, con Cristina Cifuentes, con Eduardo Madina, con Francisco Correa, con profesionales de la judicatura, políticos en activo, imputados, fontaneros de partido y hasta se fue al juicio de la Gürtel.

   

Y así salió Antonio de la Torre de ese cambio de piel que le adelgaza o le engorda, convertido en Manuel López-Vidal, el protagonista del largometraje: un político de provincias que se ve envuelto en una trama corrupta de importantes dimensiones y que decide huir hacia delante. No me digan que no les suena, eh.


P: Corruptos sí, pero humanos también… ¿Esa era la idea?
R: Exacto. Cuando vi la imagen de Granados abrazando a sus hijas, yo dije: «Esa es la película que tenemos que hacer». Un padre jodido. Los malos no son tan malos… Era esencial abordar el asunto desde una postura que no fuera nada maniquea. Tú tienes que defender a tu personaje, no lo puedes abordar desde un lugar ideológicamente contaminado. Sólo las películas que hablan del mundo en que vivimos merecen ser contadas.
P: Cifuentes y El Bigotes. ¿Cómo fue?
R: Ella nos recibió, comimos, se portó muy bien. Accedió porque le gusta mucho el cine español y por amistad personal. Nos dijo que la trama le parecía muy exagerada. Nos hizo algunos apuntes en su despacho… Lo que han hecho con ella [se refiere al vídeo que le grabaron] ha sido una cacería absoluta… En el caso de Álvaro Pérez, porque para mí es Álvaro, el hombre tenía la necesidad de contar su historia. Fueron un par de horas. Nos habló de Aznar, de todo, de aquello… Contó que hubo un momento en que el tipo se sintió atrapado. Me habló de la relación con sus hijos. Sentí empatía con él. A mí todo esto me sirvió para la película, me empezó a abrir un abanico a todos los niveles: gestual, ideológico, moral. Cuando salió absuelto, me alegré.
P: Hay una frase en el tráiler: ‘Los reyes caen’. ¿Los reyes caen?
R: Los reyes caen porque los reinos continúan. Lo que no se toca es el reino, la estructura de poder.
P: ¿España es un país de corruptos?
R: No sé. A lo mejor es titular muy fuerte. Pero la corrupción no sale como los hongos. No dices: «Coño, me ha salido una corrupción en el sobaco». Si sucede es porque se dan las circunstancias. Hay un entramado social que lo propicia. Hace falta cultura, como ese conjunto de valores que rigen a una sociedad. Está el ejemplo de los jubilados japoneses: cuando sucedió la tragedia de Fukushima, los jubilados japoneses se ofrecieron para limpiar, para que la juventud no enfermara. Eso es cultura: pensar en los otros como colectividad. Un país es corrupto cuando no piensa a nivel global y lo hace a nivel individual.

 

CUANDO VI LA IMAGEN DE GRANADOS ABRAZANDO A SUS HIJAS, YO DIJE: «ESA ES LA PELÍCULA QUE TENEMOS QUE HACER». UN PADRE JODIDO. LOS MALOS NO SON TAN MALOS…

Últimamente Antonio está preocupado por las ingentes cantidades de comida que se tiran en el mundo y eso se nota hasta los más mínimos detalles. No sólo es que esté leyendo Despilfarro, de Tristam Stuart, es que la ración de jamón (22 euros) se la está comiendo él solo. -Venga -dice-, pilla un cacho.-Te veo más centrado que otras veces, me has venido muy bien de Donosti.-Qué cachondo. Yo también te veo más pendiente que otras veces. Como cuando os robaron allí en ese bar al que te dije que no fueras. Te veo más pendiente del equipo…-Calla y come, anda.-Bueno, venga, voy a ver si te contesto cosas distintas, porque si no vas a decir que para qué mierda hemos quedado en esta terraza para la entrevista.


P: Javier Gomá abomina de esa ejemplaridad que le impide a un ser humano equivocarse, aquella que le saca a uno el pasado como una maza.
R: Claro. Hay una frase que dijo Fernando Lugo, expresidente de Paraguay, cuando la prensa le sacó un niño oculto: «Soy humano, por lo tanto nada humano me es ajeno». Mira, cuando en EEUU vas a pedir un crédito para montar una empresa, cuenta a tu favor que hayas fracasado. Porque se entiende, cosa lógica, que has aprendido.
P: El dinero que se lleva el corrupto es el de los hospitales, escuelas… ¿Estás a favor de que paguen más los que más ganan?
R: A mí me va razonablemente bien y estoy encantado con que el que más gane, pague más. La clave es aprender a vivir con poco. Mujica decía: «Cuando tú pagas algo no lo pagas con dinero, sino con el tiempo que invertiste en ganar ese dinero». Y eso sí que no se recupera.
P: ¿Hay corrupción en el cine?
R: Si te refieres a si se dan ayudas públicas de modo fraudulento, hasta donde yo sé, no. Soy un actor y tampoco me entero de muchas cosas…
P: ¿Por qué hay una parte de España que siempre señala a los actores?
R: Para empezar es un colectivo en el que sólo trabaja en 8%. No creo que sean muy privilegiados. Por cada euro invertido en el cine se generan dos. Y la cultura, como dice la RAE, ese conjunto de conocimientos encaminados a formar un juicio crítico, es necesaria en la sociedad.


-¿Has visto la serie Black Mirror? -pregunta.
-Sí.
-Pues un capítulo podría ser El autoengañómetro. Un chip que dictaminase la diferencia entre quien te crees que eres y quien eres en realidad. Si te da un 10, es que eres realmente como te crees que eres. Si te da un 0, es que eres lo contrario.
-Ya, ¿y tú qué nota sacarías en esa máquina?
-Suspendido… Como tú.

La conversación salta de los hijos que aprueban a los políticos que no. De lo bueno que está el jamón o lo malo que está el percal.


P: Tú nunca has escondido tus ideas. ¿Qué te parece este Gobierno?
R: Es una buena noticia que un partido condenado por corrupción haya dejado el poder. Es sano que los actos tengan consecuencias. Es adulto en democracia. Lo del nuevo Gobierno me cuesta valorarlo todavía.
P: Todavía estamos a vueltas con Franco.
R: Yo soy antifranquista porque vi en mis padres una generación perdida. Mis padres habrían sido más felices si se hubieran podido relacionar desde la igualdad. Mi padre era un señor que con tres años se quedó huérfano, con 12 empezó a trabajar… Sin ningún tipo de formación. ¿Ideología? ¿Tú quieres cargarte la ideología de la gente? Oblígala a sobrevivir. Se acabó la ideología.
P: ¿Se puede juzgar a una persona por cagarse en la Virgen?
R: Yo no lo haría por respeto. Soy ateo, la gente ha hecho cosas terribles en nombre de la Iglesia. No necesito insultar a la Iglesia, pero no me parece bien que se juzgue por ello.
P: ¿Se puede juzgar a un rapero por decir que hay que ahorcar al Rey?
R: No. Hay que hablar con él. Y decirle que las únicas revoluciones que han perduraron fueron las que se iniciaron de un modo pacífico. Revolucionario fue Mandela, los que superan el odio.

Leyendo la transcripción en bruto, se puede hacer balance: Antonio ha citado seis veces a Mujica, otras seis a Álvaro Pérez, una vez a sus hijos Martina y Daniel, tres a Eduardo Madina, una al futbolista Juanito, a Tácito y a Bárcenas, cuatro a Cifuentes, otra más al camarero y en dos ocasiones se ha referido con cariño al jamón. Dos horas estuvo con El Bigotes y dos horas llevamos nosotros.-Oye, tío, ¿somos muy pesados los periodistas?-Los periodistas, no… Pero tú, mucho.

Fuente: El Mundo 27/9/2018

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